«El Arzobispado cobró un dinero del soterramiento y no repara la iglesia del barrio el puente

Las obras del soterramiento de las vías de Feve en Langreo llevan varios años causando daños en la estructura de la iglesia de San Lorenzo, en el langreano barrio de El Puente. Daños que el Arzobispado no termina de reparar a pesar de que, según los vecinos, «tienen dinero que deben destinar a esas obras». Un problema que lleva años sin solución y que por el momento no está afectando a las casa cercanas al templo. «La parte trasera de la iglesia está muy metida por las obras y creemos que por eso se ha ido agrietando, y ahora es un peligro pasar cerca de la misma».

En 2017 se vieron las primeras grietas, que según los vecinos han ido creciendo poco a poco. Ahora consideran que han provocando un problema de seguridad en el edificio. Así, se ha vallado la parte exterior del templo, salvo la entrada al mismo, ante la reiterada caída de cascotes de sus aleros y de la carga de las paredes. Hace más de dos años hubo problemas con la techumbre y «tuvimos que ser los propios vecinos los que recaudamos dinero para repararlo y que no fuese a más», una vecina  cuya casa linda con una de las paredes laterales del templo. «En la entrada de mi casa, con las vallas de protección, casi me han dejado sin paso, porque está cayendo la carga de los aleros y de las paredes».

Si la parte exterior del templo langreano está dañada, los fieles aseguran que el interior, principalmente la parte del altar más cercana a las obras del soterramiento, presenta grietas «muy grandes». Consideran que «no es muy seguro para oficiar misas, pero es nuestra iglesia y no queremos perderla. Solo que se repare». «Junto al altar hay descorchados y grietas en las que se puede meter un puño entero», incide Fueyo. No entienden cómo no se hace nada por parte del Arzobispado.

Malestar

La indignación de los vecinos crece cuando cómo recordaba ayer el alcalde de barrio Julio Fueyo «sabemos que por las obras del soterramiento han cobrado un dinero que por el momento no están dispuestos a invertir». El enfado vecinal ya ha sido trasladado al Ayuntamiento de Langreo y al propio Arzobispado, con los que se han mantenido reuniones. Las autoridades eclesiásticas asturianas habrían manifestado a los vecinos que «su intención es reparar la iglesia, pero cuando terminen las obras… Y mientras nos dejan ir a misa con un altar lleno de grandes grietas y los aleros cayendo al igual que la carga», cuenta Fueyo. Respecto al Ayuntamiento manifiestan que «nos ayudan en lo que pueden, incluso limpian lo que va cayendo, pero el edificio no es suyo». «Van a intentar que se nos haga caso, pero si el Arzobispado no quiere me temo que el templo seguirá deteriorándose», agregó Fueyo.

La respuesta del Arzobispado no convence al vecindario, muchos feligreses apuntaban ayer que «la iglesia no les importa, vienen dan misa y no mirar para ella. Se va a retirar don Agustín y ya no van a enviar a nadie más lo tenemos claro». Además apuntaban que «este templo fue donado a los vecinos, por un langreano que se apodaba ‘El cabritu’, pero al final la Iglesia lo registró en el catastro como bien propio, algo que nunca entendimos». No creen, estos vecinos, que los daños sean tan importantes como para que «se caiga la iglesia, pero es necesario reparar lo que se ha ido dañando y mejorarla un poco».

Recuerdan, además, que en este barrio langreano reside mucha gente mayor, que acude con regularidad a la celebración de los oficios religiosos. «No queremos que ocurra ninguna desgracia, por lo que pedimos que se tomen medidas que aseguren el templo», insiste el alcalde de barrio.

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